El nombre de Edzná proviene de la palabra Ytzná, y se refería al pueblo maya de los itzáes, por lo que podemos considerar Edzná como “Casa de los Itzá“.
Se considera que esta urbe llegó a ocupar una extensión aproximada de 25 kilómetros cuadrados y hasta la fecha se han localizado un poco más de 200 estructuras, entre basamentos, plataformas, edificios y conjuntos habitacionales, de los cuales se han explorado las construcciones que están alrededor de la Gran Plaza, como la Gran Acrópolis, la Plataforma de los Cuchillos, el Anexo de los Cuchillos, la Casa Grande o Noholná, un sacbé o camino blanco, un juego de pelota, un conjunto de templos al sur de la Gran Plaza y la Pequeña Acrópolis, entre otros.
Algunos de los edificios muestran rasgos arquitectónicos de los estilos Puuc y Chenes, la Gran Acrópolis es probablemente el conjunto principal o más representativo de Edzná se trata de una gran plataforma elevada de planta cuadrangular, sobre la que se erigieron unas once o doce estructuras, la Casa Grande o Nohochná cierra la Gran Plaza, esta es una estructura alargada que tiene en su fachada principal una gran escalinata, la cual se abre a lo largo del edificio. Algunos estudiosos han pensado que se trata de gradas, que tal vez sirvieron para albergar al público que presenciaba las ceremonias efectuadas en la plaza.
En la Pequeña Acrópolis existe una plataforma cuadrangular elevada, con cuatro edificios, otra de las estructuras posee una escalinata en la que se distinguen glifos con imágenes geométricas, animales y humanas. En Edzná se encontraron además importantes datos acerca de una compleja red de canales hidráulicos que sirvieron para la irrigación del valle, aspecto que redundó de manera importante en la capacidad productiva de sus tierras y en el desarrollo de la ciudad.
Uno de los motivos principales para que Edzná consiguiera tal poder y por tanto tiempo, fue el control del agua, ya que se diseñó un sistema de canales y de depósitos para distribuir y almacenar el agua, y el que hizo posible una producción agraria regular, para lograr ese poder tanto político, económico como religioso, erigieron enormes grupos monumentales, en especial la Gran Acrópolis y su magnífico Templo de los Cinco Pisos.