En la región de la península de Yucatán se encuentra un pueblo ancestral maya, que como su nombre lo dice es “el lugar donde todo pasó”. En esta tierra el tiempo parece haberse detenido porque la vida en la localidad es tan tranquila como siglos atrás y la poderosa lengua maya aún se encuentra vigente entre casi todos sus habitantes.
Dos grandes bases culturales que caracterizan a Maní, son sus inigualables métodos ancestrales de apicultura utilizados para cultivar la miel de la abeja melipona, oro líquido empleado por las cocineras tradicionales para la gastronomía local y la espiritualidad que deriva de los mayas y franciscanos que ocuparon la zona en sus inicios, esta es la razón por la cual Maní alberga un abundante patrimonio edificado de la época colonial.
Como su más grande ejemplo se encuentra el convento de San Miguel Arcángel, punto de inicio de la llamada Ruta de los Conventos en Yucatán. Fundado en 1549, fue construido principalmente entre el siglo XVI y XVII utilizando como materia prima las piedras de las construcciones mayas prehispánicas.
Además de fungir como una de las primeras escuelas de evangelización, este lugar se distingue por dos razones: una, porque aquí el polémico Fray Diego de Landa realizó, en 1562, el célebre Auto de fe, que consistió en la quema de códices mayas con detalles históricos, astronómicos, religiosos y que, según Justo Sierra, también propició la destrucción de miles de objetos, vasijas e “ídolos”.
La historia describe que algún tiempo después, el mismo Fray Diego de Landa, arrepentido, dedicó el resto de su vida al estudio y divulgación de la cultura maya. La segunda razón es porque este convento cuenta con una de las capillas abiertas más impresionantes de América Latina.
El recorrido cultural no para ahí. Toda una experiencia peculiar se vive al recorrer la ruta de los meliponarios, donde se cultiva la miel que es utilizada con fines medicinales, de las famosas abejitas que se caracterizan por su falta de aguijón, llamada Xunáan, una actividad ancestral heredada por los mayas.
Dato viajero: Se calcula que hay 30 meliponarios en todo el municipio y el trabajo de los apicultores permite la conservación de la abeja melipona.
Un impactante cenote
En pleno centro del pueblo y a la sombra de una enorme ceiba, un árbol sagrado para los mayas se encuentra el cenote XCabachen. La leyenda cuenta que cuando llegue el fin del mundo será por la falta de agua y entonces, de todas partes del mundo irá la gente hasta el pueblo de Maní en busca del vital líquido, y una anciana maya será quien la reparta.
Para chuparse los dedos
Doña Clotilde, es una leyenda viviente dentro de la gastronomía del lugar, ella se ha distinguido ser de las mejores exponentes de la cocina tradicional yucateca en Maní, recibe a los comensales en su casa para deleitarlos con platillos regionales como las chayitas, el sikil-pak, el frijol con puerco o la cochinita pibil, para dar el toque dulce, los locales recomiendan probar el agua de chaya con limón y los dulces típicos preparados artesanalmente por ella.
Souvenirs únicos
Maní también se distingue por conservar una de las técnicas de bordado más antiguas en Yucatán, la X’manikté que significa “siempreviva” y que hace referencia a lo eterno. Los visitantes podrán encontrar un sin número de opciones de blusas, vestidos y artículos para el hogar preciosamente bordados. En este lugar también se elaboran hamacas, sombreros y bolsas, que además de bellísimas son útiles y durarán mucho tiempo.
Pueblo Mágico de Maní, Yucatán
¿Dónde?
Aproximadamente a 90 kms de la Ciudad de Mérida, colinda al norte con el municipio de Mama al sur con Akil, al este con Teabo y al oeste con Dzán.
¿Qué atractivos tiene?
- Convento de San Miguel Arcángel
- Capilla abierta, escuela de indios.
- Solar maya U lu’umil Kuxtal
- Cenote Xcabachén
- Xunáan, Ruta de meliponarios mayas
- Balak Tour en Bici por Maní
- Mercadito Artesanal
- Cocina Doña Clotilde
- Poc Chuc el plato emblemático