Las playas de la costa de Yucatán se caracterizan por sus aguas cristalinas color esmeralda, la blanca y fina arena, verdes paisajes, el andar de especies endémicas, actividades ecoturísticas y un sinfín de experiencias para reconectar con la naturaleza, la familia, los amigos, la pareja y con comunidades llenas de tradiciones. Si tienes pensado viajar a la playa con la tranquilidad de visitar sitios seguros, te presentamos un destino que te maravillará por sus colores.
Celestún
Se encuentra a 95 km de la ciudad de Mérida, su ecosistema es único debido a la combinación del agua dulce proveniente del Río Celestún y el agua salada del Golfo de México.
Manantial Baldiosera
Es uno de los lugares obligatorios en cualquier viaje. Para llegar a él, atravesarás túneles naturales que se forman con las ramas del mangle y es uno de los ojos de agua dulce donde podrás nadar y refrescarte en sus aguas cristalinas. También debes visitar el “Bosque Petrificado”, un lugar extraordinario decorado con grandes troncos grises, como vestigio de un enorme bosque que desapareció.
Playa el Cuyo
Es sin duda uno de los secretos mejor guardados de la Península. La tranquilidad de sus playas vírgenes, hacen que sea uno de los lugares más tranquilos del caribe y si eres de los que buscan desconectarse por completo de la vida urbana, este es el lugar ideal.
Al llegar, verás una combinación de casas de madera y construcciones típicas pintadas de colores vivos y cálidos, divisarás el faro de la ciudad que fue construido sobre los restos de antiguas ruinas mayas y, si tienes suerte de subir en él, podrás tener una vista panorámica del pueblo.
Aquí, los deportes acuáticos están a lo orden del día y recientemente el kitesurfing ha tomado fuerza en el lugar debido a las perfectas condiciones climatológicas con las que cuenta, asimismo podrás encontrar paddleboarding y practicar kayak.
Sisal
Un destino ideal para los amantes del ecoturismo, la tranquilidad y la autenticidad. Sisal conjuga diversos escenarios maravillosos: por un lado, la experiencia de estar en medio de dos reservas naturales que son santuario de vida salvaje, disfrutar de un mar apacible, el encanto de un pueblo pesquero, las construcciones que recuerdan sus épocas de gloria y los sabores de su cocina.
Pero pocos saben de los secretos ecoturísticos que guarda este lugar, por ejemplo, el arrecife de coral de un kilómetro de longitud, hogar de un sin número de especies marinas que podrás apreciar con snorquel o equipo de buceo.
Cenote El Palmar
Llegar a él es toda una aventura, pues cambiarás de embarcación, irás de bordear la costa a atravesar la ciénaga, para finalmente conocer esa fantástica belleza natural.