Conocida anteriormente como La Nueva Jerusalén, Puebla es un centro católico muy importante en México, la celebración de la semana mayor en esta ciudad, es una de las más grandes y concurridas de todo el país, esta fiesta ha posicionado a Puebla como un destino imperdible para el turismo religioso.
De acuerdo con historiadores poblanos la orden de los Franciscanos llegó a México en 1524, antes de su arribo, ellos se encargaban de custodiar los lugares santos de Jerusalén, a su llegada a Puebla notaron similitudes topográficas, como el cerro y el río y desde 1606 iniciaron la construcción de diversos sitios religiosos considerando las mismas distancias y orientaciones que las que hay en la Tierra Santa.
En total se construyeron 14 capillas para representar las 14 estaciones del Viacrucis. Actualmente la ciudad de Puebla cuenta con 200 templos de estilo barroco, churrigueresco y arquitectura colonial que es buscada por grandes apreciadores del arte.
Dato viajero: Se considera que el primer Viacrucis de toda América, inició su recorrido en la capilla que ahora es del Beato Sebastián de Aparicio en la Iglesia de San Francisco, Puebla.
Aquí te presentamos, las tradiciones más arraigadas que Puebla celebra en Semana Santa:
Altares Monumentales
Huejotzingo, Puebla
Cada año durante la Cuaresma, los altares monumentales llegan a las viviendas de las familias de Huejotzingo. Esta tradición con casi 150 años consiste en colocar altares a gran escala con imágenes veneradas que salen del templo para ser recibidas por los integrantes de la familia quienes elaboran con entusiasmo y mucha creatividad estas mesas consagradas inspiradas en pasajes bíblicos.
Desde que las 10 imágenes llegan en peregrinación a los hogares que las reciben en los cuatro barrios huejotzincas, los familiares las aceptan con devoción y no se despegan ni un minuto de los santos. Durante las tres noches de su estancia en el hogar, son velados con rezos, alabanzas y cantos hasta que regresan nuevamente a su templo.
Dato viajero: La tradición es tan importante para los miembros de esta comunidad que existe una lista de espera para ser visitado por las imágenes, pueden pasar hasta 20 años para que una familia sea elegida.
Procesión del Silencio
Puebla capital
Una de las más reconocidas a nivel nacional por su organización e importancia para lo fieles es la también llamada Procesión de Viernes Santo, en esta actividad participan directamente más de 2 mil mujeres y hombres, y es admirada por más de 160 mil creyentes y espectadores que ven pasar por las calles del centro histórico patrimonio de la humanidad a los Santos que salen por una vez al año de sus templos, como La Virgen de la Soledad del templo de La Soledad, Jesús de las Tres Caídas del templo de Analco, La Virgen de los Dolores del templo del Carmen, Jesús Nazareno de la iglesia de San José y El Señor de las Maravillas del templo de Santa Mónica.
La procesión se originó a raíz de una antigua tradición en la época virreinal, esta se llevó a cabo hasta mediados del siglo XIX debido a que con las Leyes de Reforma (1857) se prohibieron a tal grado que hasta un gobernador en Puebla amenazó con cárcel a los que participaran en ella. Con el impulso de la UPAEP y la Arquidiócesis se revivió esta tradición Hoy se tienen 29 ediciones de este renacer de la procesión que tiene como punto de encuentro la imponente Catedral Poblana.
Engrillados de Atlixco
Atlixco, Puebla
Con más de 70 años de antigüedad, la tradición de los engrillados de Atlixco, es una de las más sobresalientes por lo impresionante y extrema que es a la vista del público. En esta procesión, de 40 a 100 hombres encapuchados, purgan sus penas cargando pesadas cadenas, mientras se entierran espinas y recorren descalzos durante más de tres horas las coloridas calles adornadas con tapetes de aserrín. De acuerdo con los habitantes de Atlixco, esta forma de flagelación tiene el propósito de limpiar los pecados y agradecer a Dios.
Dato viajero: Los engrillados utilizan espinas especialmente cultivadas para usarlas durante la procesión, por lo regular la planta viene de la mixteca poblana donde son sumamente puntiagudas y dolorosas.