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La emergencia sanitaria requiere de toda nuestra atención, compromiso y esfuerzo. Cuando la derrotemos, será momento para volver a tomar los sueños donde los dejamos y emprender nuevos. Y siempre tendremos a Yucatán como destino al cual volver.
Razones para visitar esta joya del Sureste sobran, pero ahora nos enfocaremos en sus magníficas haciendas, mudos y majestuosos testigos de un pasado de bonanza y que hoy cobran nueva vida. Durante los primeros años de la época colonial, las ahora famosas haciendas, eran estancias asignadas a los encomenderos españoles.
Cada una cuenta con características muy peculiares, pero en general todas se robustecieron a lo largo del siglo XIX, cuando comenzó la explotación del henequén, el mítico “oro verde”. Esta planta, del género de los agaves, que fue cultivada por los mayas en la época prehispánica, por la utilidad de sus fibras para la fabricación de sogas y cordeles, su producción y explotación fue fructífera a nivel mundial y convirtió a ese Estado en uno de los más ricos del país.
Hacienda Yaxcopoil
En maya, “Yaxcopoil” significa “lugar de los álamos verdes”. Fue fundada en el siglo XVII y se encuentra a poco más de 30 kilómetros de Mérida. En su momento más glorioso llegó a tener más de 11 mil hectáreas, aunque en la actualidad se ha reducido al 3% de aquel tamaño.
Su casa principal tiene amplios salones, rodeados de bellos jardines. El comedor y la cocina cuentan con sus muebles originales. Destaca su oratorio, que cuenta con un óleo con la figura de San Gerónimo de Yaxcopoil (data de la época virreinal).
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Hacienda San Ildelfonso Teya
A 15 minutos de Mérida, esta hacienda se fundó en 1683 y fue una de las más ricas de la industria henequenera.
Se restauró para albergar eventos de primera calidad (respetando la distribución de salones y jardines), además de que cuenta con uno de los restaurantes más reconocidos de ese Estado, con lo más selecto de la cocina yucateca.
Navega este lugar a través del sitio https://haciendateya.com/hacienda/
Hacienda Poxilá
Reconocida en su época gloriosa por su ganadería y maíz, fue rescatada en 1954 por Julio Laviada, quien la restauró preservando su estilo colonial e incluso la maquinaria de los años henequeneros.
Para los curiosos por ver como se trabajaba el henequén, aquí se conserva su cuarto de máquinas casi intacto, dejando detalles del tiempo que nos ayudan a imaginar cómo era la vida y el trabajo en la época colonial. La casa principal mantiene casi todos sus muebles originales, con hermosos candiles y detalles misteriosos.
Más información: http://www.yucatan.gob.mx/?p=poxila
Hacienda Xcanatún
Pocos podrían imaginar que esta hacienda fundada en el siglo XVIII se volvería uno de los hoteles más exclusivos del Estado. Se levantó sobre las ruinas de asentamientos mayas prehispánicos.
Xcanatún empezó siendo una hacienda con fines agrícolas y ganaderos, para posteriormente convertirse en henequenera a inicios del siglo XIX.
Luego de años en abandono y el paso del huracán “Gilberto” que la dejó en ruinas, en 1993 la hacienda fue adquirida por sus actuales dueños quienes durante seis años se dedicaron a restaurarla, cuidando el más mínimo detalle. Hoy es una de las más bellas del país.
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