Por Alma Rosa Guerrero
Zacatlán de las Manzanas, pueblo mágico del estado de Puebla, cuenta con una numerosa oferta de atractivos turísticos de gran interés. Uno de estos es su Puente de cristal, desde el cual es posible admirar la impactante naturaleza de la Sierra Norte de Puebla.
También conocido como Mirador de la Barranca, el Puente de Cristal se ubica a espaldas del panteón municipal y a solo tres calle del zócalo de Zacatlán. Se construyó a una altura de 400 m sobre la Barranca de los Jilgueros con concreto hidráulico, acero inoxidable y cristal templado, este último utilizado en los barandales y el piso.
Su estructura es muy segura y en ella la combinación de materiales no solo resulta sustentable por el ahorro en el mantenimiento, sino que además se traduce en formas estéticas y modernas.
A lo largo de los 960 m que el mirador tiene de longitud, la vista de los espesos bosques de la serranía poblana es espectacular. Cuando la humedad en la zona es alta, aparece una densa neblina sobre los verdes relieves de los árboles, lo que produce un fenómeno natural llamado por la población local “espuma de mar”.
De igual manera, desde este corredor ecológico es posible admirar la cascada Cola de Caballo y un mural de cerca de 100 m de longitud con motivos prehispánicos, elaborado con trozos de mosaico de colores y vidrio reciclado.
El mirador cuenta además con un área peatonal, ciclopista y un gimnasio al aire libre.
Vivir la experiencia de recorrer el Puente de Cristal y admirar los alrededor desde su estructura no tiene ningún costo para sus visitantes, ya que el acceso es gratuito.
La recomendación es llegar a él temprano por la mañana, cuando el número de personas es reducido, lo cual no solo es lo adecuado en términos sanitarios, también permite disfrutar mejor las vistas y tomar buenas fotos, sin prisas ni presión por la proximidad de más personas.