A pocas semanas de que inicie la temporada invernal de vacaciones, Tulum se encuentra en una carrera contra el tiempo para recuperar los niveles de ocupación turística que lo han posicionado como uno de los lugares más deseados del sureste mexicano.
Tras un 2025 marcado por recales masivos de sargazo, cobros excesivos y deficiencias en la infraestructura, el destino busca volver a enamorar a los viajeros.
Durante el verano pasado, hoteles de la franja costera reportaron caídas de hasta un 25 % en ocupación, una situación inédita que encendió las alertas del gobierno y de los prestadores de servicios.
Las playas cobrando más de 400 pesos para ingresar, junto con altos precios en hospedaje y consumo, detonaron una crisis de percepción amplificada en redes sociales, donde se hicieron virales imágenes de playas y hasta la zona arqueológica prácticamente vacías.
Ante este panorama, el Consejo de Promoción Turística activó una campaña de reputación con una inversión de 3.2 millones de dólares, denominada “Relanzamiento Tulum”, para reposicionar al destino en los mercados nacionales e internacionales.
Infraestructura rezagada y costos elevados, retos históricos
La zona hotelera de Tulum enfrenta problemas estructurales derivados de su desarrollo acelerado y sin planeación dentro del Ejido Pino Suárez: falta de drenaje, suministro eléctrico deficiente y negocios operando con plantas generadoras, lo que eleva costos y, en consecuencia, tarifas al visitante.
“Hay retos en infraestructura que se tienen que ir cubriendo”, reconoció Bernardo Cueto, secretario de Turismo de Quintana Roo, quien afirmó que los tres niveles de gobierno trabajan con el sector turístico para fortalecer servicios y garantizar una mejor experiencia al visitante.
El presidente municipal, Diego Castañón Trejo, confirmó que continúan las mesas de trabajo con autoridades federales para mejorar los accesos a playa y atender problemáticas del Parque del Jaguar.
Incluso la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, destacó avances en la apertura de playas públicas un día a la semana y en días festivos, con el objetivo de garantizar un turismo más inclusivo.
Un destino paradisíaco… pero que golpea al bolsillo
Para turistas como Joaquín Rodríguez Hernández, originario de la Ciudad de México, Tulum conserva su imagen de paraíso tropical, aunque ahora con precios que superan a los de otros destinos del Caribe mexicano.
“La impresión es que es muy lujoso. Es otro tipo de turismo comparado con Cancún”, comentó.
De acuerdo con un operativo de Profeco, una habitación doble tiene un costo promedio de 4,771.94 pesos, alcanzando hasta 13,860 pesos por noche en la zona hotelera. En contraste, en el centro de Tulum los precios son mucho más accesibles, con habitaciones desde 600 pesos.
La comida tampoco se queda atrás: una orden de tres tacos puede costar hasta 400 pesos, y las quesadillas alcanzan los 290 pesos, muy por encima del promedio nacional.