Enclavado en las montañas del norte de Guerrero, a tan solo 2.5 horas de la Ciudad de México, Taxco de Alarcón ofrece un viaje inolvidable al corazón del México colonial. Reconocido internacionalmente por su producción de plata de alta pureza, Taxco combina riqueza histórica, belleza arquitectónica y una identidad cultural única, atrayendo cada año a miles de visitantes en busca de autenticidad, arte y tradiciones.
El alma de la ciudad palpita en la imponente Parroquia de Santa Prisca y San Sebastián, una joya del barroco novohispano construida en el siglo XVIII, cuya silueta rosa domina la Plaza Borda, punto de encuentro para locales y turistas. A su alrededor, tiendas y mercados de plata exhiben la maestría de los artesanos taxqueños, en especial durante el Tianguis de Plata, celebrado cada sábado.

Caminar por Taxco es recorrer la historia: sus callejuelas empedradas, casas coloniales y miradores naturales como el del Cristo Monumental en el Cerro del Atachi, ofrecen postales que mezclan lo ancestral con lo contemporáneo. Museos como el William Spratling, dedicado al impulsor del renacimiento platero moderno, o el Museo Virreinal, ubicado en la Casa Humboldt, enriquecen la experiencia con arte, arqueología y legado virreinal.
Más allá del centro histórico, Taxco sorprende con experiencias que conectan con la naturaleza y el pasado minero. Las cercanas Grutas de Cacahuamilpa, consideradas entre las más grandes del mundo, y la cascada de Cacalotenango, permiten a los aventureros descubrir la riqueza natural del entorno. Además, los tours a minas antiguas, como la Mina Prehispánica, revelan secretos de la extracción de plata antes de la Conquista.
Los festivales también son parte esencial del alma de Taxco. Durante Semana Santa, las procesiones silenciosas y cargadas de simbolismo transforman las calles en escenas vivientes de devoción. Otras celebraciones como la Feria Nacional de la Plata o las Jornadas Alarconianas en honor al dramaturgo Juan Ruiz de Alarcón, convierten la ciudad en un centro cultural de relevancia nacional.

La gastronomía local deleita con platillos como el pozole verde, el exótico jumil, el mole rosa y dulces tradicionales como cocadas y pan de muerto. Restaurantes con vista a la ciudad, como Del Ángel Inn o La Hacienda de Taxco, permiten disfrutar estos sabores en entornos coloniales inigualables.
Con opciones para todos los bolsillos, desde hoteles boutique hasta hostales céntricos, y una conectividad fácil por carretera, Taxco es un destino ideal para escapadas de fin de semana, viajes culturales, compras de artesanías o turismo de aventura.

Taxco no solo se visita, se vive. Ya sea admirando el brillo de la plata, explorando grutas milenarias o perdiéndose entre callejuelas floridas, este Pueblo Mágico promete una experiencia que perdura en la memoria y el corazón del viajero.