Ubicados en el estado de Tabasco, los Pantanos de Centla son una de las maravillas naturales más impresionantes de México y un destino imperdible para los amantes del ecoturismo.
Con más de 302,706 hectáreas, este humedal, declarado Reserva de la Biósfera en 1992, es el más extenso de Mesoamérica y uno de los 15 más importantes a nivel mundial. Su ubicación en el delta de los ríos Grijalva y Usumacinta, los más caudalosos de México, lo convierte en un ecosistema único, lleno de biodiversidad y paisajes asombrosos.
Un viaje al corazón de la naturaleza
El acceso principal a los Pantanos de Centla se encuentra a unos 45-60 kilómetros de Villahermosa, la capital de Tabasco. Desde allí, los visitantes pueden llegar en transporte público o en auto particular hasta el embarcadero de Tabasquillo o el Centro de Interpretación Uyotot-Ja, conocido como la «Casa del Agua».
Este centro ecológico es el punto de partida ideal, con salas interactivas que explican la importancia ecológica, histórica y social de la región, y una torre de observación de 20 metros que ofrece vistas panorámicas espectaculares.
Una de las actividades más populares es el paseo en lancha o cayuco, que permite explorar los ríos, manglares y canales mientras se observa la flora y fauna local. Los manglares rojos, blancos y botoncillos son el hogar de especies como cocodrilos, monos aulladores, manatíes y más de 255 especies de aves, incluyendo la cigüeña jabirú, el ave más grande de México. Para los amantes del avistamiento de aves, la mejor época para visitar es entre noviembre y abril, cuando llegan las aves migratorias.

Aventura, cultura y gastronomía
Además de los paseos en lancha, los visitantes pueden recorrer el sendero rústico de Punta Manglar, un camino de 200 metros sostenido por pilotes sobre el agua, que ofrece una experiencia inmersiva entre los manglares. Otro punto icónico es «Tres Brazos», donde confluyen los ríos Grijalva, Usumacinta y San Pedrito, creando un espectáculo natural único.
La región también alberga 19 sitios arqueológicos mayas, como Aculzingo y Ramonal, que reflejan la rica historia de los mayas-chontales. Aunque no todos están abiertos al público, algunos tours especializados incluyen visitas a estos lugares.
Para completar la experiencia, la gastronomía local es una delicia. En comunidades cercanas como Frontera, los visitantes pueden probar platillos típicos como queso de puerco, pozol, jaibas y robalos, mientras disfrutan de vistas al paisaje.

Un destino accesible y sostenible
Los Pantanos de Centla cuentan con infraestructura turística básica, incluyendo cabañas ecológicas y pequeños hoteles en Frontera y Jonuta, con precios que van desde 600 hasta 1,500 pesos por noche. Los paseos en lancha tienen un costo aproximado de 500 a 1,000 pesos por grupo, dependiendo de la duración y el número de personas.
Reconocido como una de las «13 Maravillas Naturales de México» e inscrito en la Lista de Humedales de Importancia Internacional (Convención Ramsar), este destino no solo es un paraíso para los turistas, sino también un ecosistema vital para la regulación de inundaciones y la recarga de acuíferos.