17 de August de 2025 New York

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Pantanos de Centla: El corazón acuático y salvaje de Tabasco

En el punto donde los ríos más caudalosos de México, el Grijalva y el Usumacinta, se rinden ante el Golfo de México, se despliega un mundo de agua, selva y vida desbordante: la Reserva de la Biósfera Pantanos de Centla. Este monumental humedal, el más grande y salvaje de Norteamérica, no es solo un tesoro ecológico de Tabasco, sino una invitación a explorar uno de los ecosistemas más vitales y espectaculares del planeta.

Designada como Reserva de la Biósfera por la UNESCO y sitio Ramsar por su importancia internacional, esta área protegida de más de 300,000 hectáreas es un laberinto de ríos, lagunas, manglares y selvas inundables que actúan como el corazón hídrico de la región. Para el viajero, adentrarse en Centla es embarcarse en una aventura donde la naturaleza se revela en su estado más puro y primigenio.

Navegando por un Santuario de Vida Silvestre

La única y mejor manera de descubrir los secretos de los pantanos es a bordo de una lancha. Desde el embarcadero de la comunidad de «Tres Brazos», donde se unen los ríos Grijalva, Usumacinta y San Pedrito, parten los recorridos que serpentean a través de este universo acuático. Guiados por locales expertos, los visitantes navegan por canales flanqueados por imponentes muros de mangle rojo, blanco y negro, cuyas raíces se entrelazan creando un paisaje surrealista.

El verdadero espectáculo es la fauna que habita este santuario. Con un poco de paciencia y la vista atenta, es posible avistar al cocodrilo de pantano (o lagarto negro) tomando el sol en las orillas, escuchar el estruendoso rugido de los monos aulladores que se balancean en las copas de los árboles, y admirar el vuelo de cientos de aves. Centla es el paraíso para los observadores de aves, hogar de especies como el jabirú (la cigüeña más grande de América), el águila pescadora, la garza tigre, el ibis blanco y una multitud de aves acuáticas migratorias que llegan cada invierno. Entre la vegetación exuberante, no es raro encontrar familias de manatíes, tortugas de agua dulce como la hicotea, y una diversidad de peces que sustentan la vida del ecosistema.

Uyotot-Ja’: La Casa del Agua

Para comprender a fondo la magnitud y la importancia de este ecosistema, una parada obligatoria es el Centro de Interpretación Uyotot-Ja’ (“La Casa del Agua” en lengua yokot’an). Erigido sobre la laguna del Cometa, este moderno e interactivo museo ofrece una visión integral de la formación geológica de los pantanos, su biodiversidad y la relación simbiótica con las comunidades chontales que los han habitado por siglos.

Desde su torre de observación de más de 20 metros de altura, se obtiene una panorámica impresionante de la inmensidad del paisaje, un mosaico infinito de verdes y azules que se pierde en el horizonte. Es el lugar perfecto para dimensionar la grandeza del humedal y capturar fotografías espectaculares.

Cultura, Sabor y Tradición del Pantano

La experiencia en Centla se enriquece con su cultura y su gastronomía, íntimamente ligadas al agua. Las comunidades locales, descendientes del pueblo maya-chontal, han desarrollado un profundo conocimiento del entorno, visible en sus técnicas de pesca sostenible y su cocina.

El plato insignia que todo visitante debe probar es el pejelagarto asado, un pez prehistórico de sabor único que es un emblema de la cocina tabasqueña. Se sirve tradicionalmente con tortillas hechas a mano y una salsa de chile amashito. Otros manjares locales incluyen los tamales de chipilín, el pescado frito, los camarones al mojo de ajo y las «piguas» (langostinos de río), siempre frescos y preparados con el sazón de la región.

¿Cuándo y Cómo Ir?

  • Mejor época: La temporada seca, de marzo a mayo, es ideal para la observación de fauna, ya que los niveles de agua bajan y los animales se congregan en los cuerpos de agua restantes. Sin embargo, la temporada de lluvias (de junio a octubre) ofrece un paisaje exuberante y ríos navegables en su totalidad.
  • Cómo llegar: La forma más sencilla de acceder a la reserva es desde Villahermosa, la capital del estado, que se encuentra a aproximadamente una hora en coche. Desde allí se toma la carretera federal 180 hacia Frontera, siguiendo las señalizaciones hacia el embarcadero de Tres Brazos o el centro Uyotot-Ja’.

Visitar los Pantanos de Centla es mucho más que un paseo ecoturístico; es una lección de vida, un recordatorio de la majestuosidad de la naturaleza y de la importancia vital de conservar estos pulmones del planeta. Es una inmersión en un Tabasco salvaje, auténtico y profundamente conectado con sus raíces de agua y selva.