La Secretaría de Turismo de México otorgó un nuevo reconocimiento a la delegación de Pabellón de Hidalgo, ubicada en el municipio de Rincón de Romos, Aguascalientes.
La designación es un merecido reconocimiento a su rica historia y encanto cultural. Rincón de Romos, donde se encuentra ubicado, ha sido conocido a lo largo de los años por su ferviente religiosidad, que se remonta a su importante pasado jesuita. El municipio ha construido su identidad en torno a las creencias religiosas arraigadas en su comunidad.
Los orígenes de Pabellón de Hidalgo se remontan al siglo XVII, específicamente al año 1639, cuando la Real Audiencia de Guadalajara promovió la creación de una villa en la región conocida como Chora. En ese territorio se encontraba la Hacienda de Rincón, propiedad de Don Pedro Rincón de Arteaga, la cual posteriormente fue adquirida por el capitán Diego Romo de Vivar. La combinación de ambos apellidos dio lugar al nombre del antiguo pueblo, Rincón de Romos. Fue solo en 1915 que Rincón de Romos alcanzó la categoría de municipio después de dos siglos de historia.
Además de su relevancia histórica, Pabellón de Hidalgo destaca por su participación en la lucha por la independencia de México.
En esta localidad se encuentra el Museo de la Insurgencia, ubicado en una finca del siglo XVII en la antigua Hacienda de San Blas. Este museo, inaugurado el 17 de octubre de 1964, tiene como objetivo difundir la historia del movimiento de independencia. Sus dos salas permanentes exhiben instrumentos de labranza, minería y textiles que reflejan las labores tradicionales de la hacienda, así como una serie de fotografías y objetos de la vida cotidiana en épocas pasadas, conocida como «La Ruta de Hidalgo«. Además, cuenta con un hermoso jardín botánico que alberga una variedad de flores y cactáceas, donde se ofrecen talleres sobre el cuidado de estas especies.
La Hacienda San Luis de Letras, parte de la Ruta del vino, también forma parte de la experiencia que se puede vivir en Pabellón de Hidalgo. Además, la práctica de la pesca en la Presa de San Blas y los murales del artista Alfredo Zermeño Flores, que narran los acontecimientos socioculturales y políticos de México desde 1810 hasta 2010 en el marco de su bicentenario, son atractivos adicionales que enriquecen la oferta turística de esta encantadora localidad.