15 de August de 2025 New York

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Farolesa: la joya de aventura que hace volar a Mazatlán

El murmullo de las olas del Pacífico tiene un nuevo competidor: el grito de júbilo y adrenalina de quienes se atreven a conquistar los cielos de Mazatlán.

Tras casi cinco años de meticulosa planeación y construcción, el puerto finalmente corta el listón de su atracción más audaz y espectacular: la Farolesa, una proeza de la ingeniería y el turismo de aventura que ya se perfila como una experiencia imperdible en México.

La promesa es tan simple como sobrecogedora: volar. Volar sobre el océano. La aventura inicia con un ascenso casi ceremonial por los 336 escalones del Cerro del Crestón, un camino guiado que te lleva hasta la cima donde se erige el icónico Faro de Mazatlán. Con cada paso, la vista del mar se vuelve más imponente y el corazón comienza a anticipar el salto.

Una vez en la plataforma, a 160 metros de altura sobre el nivel del mar, el mundo se detiene por un instante. Equipado con arneses y casco de la más alta seguridad, solo queda entregarse al vacío. Y entonces, el estallido de emoción.

Son 1,265 metros de pura libertad suspendido en un cable de acero. El viento en el rostro y una velocidad que alcanza los 100 kilómetros por hora te impulsan en un deslizamiento vertiginoso. Debajo de tus pies, el azul profundo del Pacífico; al frente, una panorámica que quita el aliento, con la bahía, sus playas y la ciudad desplegándose como un mapa viviente. Es una carrera de adrenalina contra la inmensidad del paisaje, un recuerdo grabado a fuego en la memoria de todo aquel que se atreve.

El viaje culmina con un aterrizaje preciso en el Cerro del Vigía, la puerta de entrada al histórico Observatorio. La Farolesa no es solo una tirolesa más; es un puente entre la historia y la emoción, una nueva forma de vivir y sentir la «Perla del Pacífico». Para los buscadores de emociones y los exploradores de los encantos de México, Mazatlán ha lanzado un desafío al aire. La pregunta ya no es si visitarás el puerto, sino si te atreverás a volarlo.