Hace 79 años en la que entonces era la comunidad de San Juan Parangaricutiro, la tierra tembló y quienes habitaban la zona empezaron a sentir que se calentaba el piso. “La tierra se abrió, de ella salía vapor, retumbaba y expulsaba piedras y lava”.
Es el volcán Paricutín, del purépecha Parhíkutini, que significa «lugar al otro lado«. Su nacimiento significó la destrucción de dos pueblos, que literalmente fueron borrados de la faz de la tierra para ser sustituidos por este coloso.
Ocurrió el 20 de febrero de 1943, a las 16:30 de la tarde, entre el expoblado de San Juan Parangaricutiro (ahora conocido como Nuevo San Juan y que se refundó tras la catástrofe) y el pueblo de Angahuan.
Se trató del nacimiento del que es considerado el volcán más joven en el mundo, el Paricutín, ubicado en Michoacán, cerca de Uruapan y de Morelia, en el municipio actualmente llamado: San Juan Nuevo Parangaricutiro. Y este domingo, se cumplen 79 años desde aquel 20 de febrero de 1943.
Aunque hace poco nació un volcán, el Paricutín sigue considerándose como el más joven del mundo, toda vez que el de hace dos año, tuvo su nacimiento en el mar y no en tierra, como el de Michoacán, que hizo erupción y que fue descubierto por Dioniso Pulido, quien vio la primera grieta.
En aquella ocasión la lava que expuso sepultó dos pueblos, de uno todavía hay vestigios. Afortunadamente no hubo vidas que lamentar, pues el oportuno aviso dio tiempo de evacuar. Actualmente el Paricutín es considerado una de las maravillas naturales del mundo.
El Paricutín enterró por completo la comunidad que lleva su nombre y parte de San Juan Parangaricutiro, en esta última, quedó a vista el templo del pueblo dedicado al Señor de los Milagros, que ahora es considerado un atractivo turístico de Michoacán y al que acuden miles de turistas cada año para ser testigos de lo poco que dejó la lava que expulsó el volcán.
En el santuario católico todavía es posible ver parte de la fachada, una de sus torres y algunos de los muros considerados ya como una reliquia. Para ello, es necesario caminar y escalar entre las piedras que formó la lava al sepultar el lugar.
A partir de este suceso quienes habitaban Paricutín y San Juan Parangaricutiro, se trasladaron a otra comunidad, donde se fundó el municipio ahora conocido como San Juan Nuevo Parangaricutiro y a donde se trasladó la imagen religiosa del Señor de los Milagros, que resultó intacta después del fenómeno natural.
El volcán Paricutín se ubica a poco más de 150 kilómetros de la capital michoacana y a 461 kilómetros de la Ciudad de México, pero sin duda, visitarlo te dejará sorprendido por la majestuosidad que representa vivir y escalar la experiencia en el volcán más joven del mundo. Los paisajes que te permitirá admirar sin duda se quedarán en tu memoria como un recuerdo agradable.
Y además, si eres de los que gustan del turismo de aventura, el Paricutín te ofrece la práctica de algunos deportes como el montañismo, la caminata o simplemente conocer la zona; también hay la posibilidad de llegar a caballo y la recomendación es llevar ropa cómoda que te permita escalar y caminar cuesta arriba.