Las tradiciones en el Arte Popular se manifiestan también como parte de la diversidad cultural de México a través de los Exvotos o retablitos, como también se les conoce. Son una muestra fiel de la idiosincrasia, la personalidad, la cultura material y espiritual de quienes los elaboran.
Es indudable la importancia del santuario y la devoción popular a la Virgen del Rosario de Talpa, Jalisco, en donde se ha acuñado y fortalecido la tradición de colocarlos ante el altar, con el fin de plasmar su gratitud y generosidad del milagro recibido.
Las muestras de fe y bondad que se admiran en los miles de creyentes que visitan año con año la Basílica Menor de Talpa (designado este nombramiento el 12 de mayo, de 1947), es la tarjeta que da claridad de la grandeza de la virgen, es en ella donde los peregrinos ponen su esperanza y admiración, llevando presente los grandes beneficios que dan y sintiendo siempre su protección.
El Exvoto es reconocido como la constancia agradecida por el milagro e ilustra la escena con tal plasticidad que demuestra la gratitud, además del texto en el que se redondea la explicación y se patenta con el nombre del favorecido. En su expresión plástica tiene la ingenuidad y la idea de fe, y de lo profundamente popular; carece de proporción y con frecuencia representa al creyente.
Muestran siempre un beneficio al que no es posible acceder por medios naturales y quien narra es el propio pueblo creyente, ya que el beneficiario del milagro hace su propia interpretación de la protección divina.
La región de la cual Talpa y su santuario son el centro, es un espacio donde el imaginario articula conglomerados diferenciados culturalmente. Lo relevante de esto es que lo que los identifica y cohesiona, además de otras consideraciones como el idioma y quizás algunas relaciones de tipo comercial, es la devoción por la imagen que han de visitar año con año durante las diferentes festividades.
La región de la cual Talpa y su santuario son el centro, es un espacio donde el imaginario articula conglomerados diferenciados culturalmente, como pueden ser un ranchero del sur de Jalisco, un oriundo de Tecomán, en Colima o un vendedor de queso y crema en San José de Gracia, Michoacán. Lo relevante es la devoción por la imagen que han de visitar cada año durante las diferentes festividades.
