La ciudad de Veracruz y Boca del Río tienen un verdadero tesoro natural que cautiva la atención de todos sus visitantes: la Isla de Sacrificios. Este ícono local, junto con su característico faro, se ha convertido en una parada obligatoria para todos los turistas que exploran la región.
Ubicada en el Parque Marino Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, la Isla de Sacrificios ha sido cerrada al público y es cuidadosamente resguardada por la Secretaría de Marina. Aunque los habitantes del puerto la reconocen de inmediato, es sorprendente cuántos desconocen la historia detrás de este lugar tan significativo para los jarochos.
Según los registros históricos, la isla fue descubierta en 1518 por Juan de Grijalva, un intrépido explorador y conquistador español. El 17 de junio de ese año, Grijalva y su expedición avistaron la figura de la isla mientras navegaban por sus aguas. Intrigados por el humo que se vislumbraba en la distancia, decidieron desembarcar y explorar lo que encontraron.
Al llegar a la isla, quedaron impactados por lo que vieron. Encontraron casas construidas con cal y, dentro de cada una, altares. Pero lo más escalofriante fue descubrir cinco cuerpos de indígenas sacrificados esa misma noche. Estos cuerpos presentaban el pecho abierto, y sus brazos y muslos estaban cortados. Los españoles, horrorizados por la sangrienta escena ante ellos, decidieron nombrar al lugar Isla de Sacrificios. Esta información se encuentra documentada en las crónicas escritas por Bernal Díaz del Castillo, uno de los exploradores que participó en esa expedición.
No obstante, se ha cuestionado la veracidad de estos supuestos sacrificios. Ricardo Cañas Montalvo, director del Museo de la Ciudad de Veracruz, afirma que investigaciones recientes sugieren que no eran sacrificios en el sentido tradicional, sino ritos funerarios. La isla sería, en realidad, un antiguo cementerio prehispánico donde las culturas adoraban a la diosa Chalchiuhtlicue, pareja de Tláloc, y a Quetzalcóatl.
Lo que sí está claro es que la Isla de Sacrificios fue utilizada por la cultura totonaca para llevar a cabo adoraciones y ceremonias. Como evidencia de ello, se han encontrado y documentado entierros y basamentos piramidales en el lugar.
Durante el recorrido hacia la isla, los turistas podrán apreciar uno de los atractivos más notables: el faro Venustiano Carranza. Este emblemático faro, que en su momento se encontraba en el malecón de Veracruz y que aún está en funcionamiento, es una verdadera joya histórica que no se puede dejar de admirar.
Además, en el muelle de acceso a la isla, los visitantes podrán observar el barco hundido conocido como «