En el corazón de Chiapas se encuentra Copainalá, el recién nombrado Pueblo Mágico que encierra tesoros por descubrir. Sus calles empedradas, plazas y edificios coloniales te transportan a otra época, donde cada rincón respira historia y te permite admirar la arquitectura tradicional de la región.
Este encantador poblado de origen Zoque, un grupo étnico establecido en Oaxaca, Tabasco y Chiapas, ofrece festividades que te sumergirán en su rica cultura. Desde las vibrantes celebraciones del Día de Muertos hasta el animado Carnaval de febrero y la colorida Fiesta de san Vicente en mayo, podrás sumergirte en tradiciones únicas y fascinantes.
El templo de San Miguel Arcángel es una joya arquitectónica que data del siglo XVI, construida por los dominicos y ubicada en el corazón de Copainalá. Aunque en 1982 sufrió los estragos de la erupción del Volcán Chichonal, este majestuoso edificio aún conserva su esplendor y se alza como testigo de la historia de la región.
Copainalá es famoso por su artesanía, donde los talentosos artesanos locales dan vida a piezas únicas de cerámica, tejidos y talabartería. Sus creaciones reflejan la destreza y la creatividad de la comunidad, y representan una parte fundamental de la identidad cultural del pueblo.
La gastronomía de Copainalá es otro atractivo imperdible. Deléitate con los sabores auténticos de la región, desde el delicioso cochito horneado hasta el tradicional chinculín y la refrescante bebida de tascalate, elaborada con maíz y cacao. Cada platillo es una experiencia culinaria que te permitirá saborear la riqueza gastronómica de la zona.
La belleza natural de Copainalá es impactante. Desde cualquier punto del pueblo, podrás disfrutar de vistas impresionantes de paisajes montañosos, donde la bruma se eleva entre las partes altas y crea un magnífico contraste con los colores vibrantes de las casas y la exuberante vegetación que lo rodea. Cada vista es una postal paradisiaca que se quedará grabada en tu memoria.
Además de su entorno natural, Copainalá cuenta con el hermoso río Zacapala, afluente del Grijalva, que bordea el pueblo y se destaca por su abundante flora ribereña. Los árboles de cacahua, canduj, pino, cocoite, nanche, roble, caoba, amate, cedro, ceiba, guarumbo, hule y jimba adornan sus orillas, creando un ambiente de gran belleza. Además, el clima de Copainalá propicia el florecimiento de hermosas orquídeas, añadiendo un toque exótico y colorido al paisaje.
En términos culturales, Copainalá se enorgullece de su profunda herencia zoque y su legado colonial. Durante la época de la Colonia, los misioneros dominicos dejaron un valioso patrimonio artístico, como la iglesia de San Vicente Ferrer y su convento colonial, recientemente restaurado para conservar su esplendor histórico.