La pandemia por COVID-19 y las medidas para disminuir los contagios son eventos sin precedentes que trazarán el camino a una ‘nueva normalidad’ para todas las industrias, incluida la turística, sin embargo, “esta nueva etapa es una oportunidad para edificar un mejor turismo, más sustentable, sostenible, incluyente, duradero y responsable”, señala la secretaria de Fomento Turístico de Yucatán, Michelle Fridman Hirsch.
Durante su participación en el panel ‘El sello de destino seguro, ¿es suficiente para atraer a los turistas y las divisas?’, del Foro Forbes Conecta, Fridman señaló “pese a no saber cuándo y cómo va a terminar esta crisis, no es posible quedarse quietos y esperar. Hay un compromiso con la industria turística que tanto da a este país, por esa razón, hoy más que nunca, es necesario brindar estrategias puntuales a cada segmento turístico para que sobrevivan y sean resilientes en esta ‘nueva normalidad’”.
Agregó que en el escenario actual, si bien no da cabida para abrir fronteras y atraer turistas, sí permite generar una estrategia que den una visión de cómo lograr las metas. Por ello el estado de Yucatán creó el ‘Plan de recuperación turística’[1] que pretende reactivar al turismo de forma gradual y ordenada, y que consiste en cuatro etapas.
La primera es poner la infraestructura y todos los recursos turísticos al servicio de la salud.
La fase dos consiste en preservar la oferta turística y reconstruir el destino. Acciones como dar apoyos, créditos, programas de economía emergentes, entre otros, ayudarán a que no se pierdan ni empresas ni empleos.
Esta fase incluye hacer un mejor turismo, que se materializa en el ‘Certificado de buenas prácticas sanitarias’[2] que posee Yucatán, uno de los más robustos que existen, avalado por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo y homologado con la entidad de Quintana Roo. Con esto se busca transmitir certezas sanitarias a los visitantes para cuidar la salud de todos durante el ejercicio turístico a través de la innovación y digitalización de procesos para evitar contactos y mantener una sana distancia, tal como descargar menús en código QR hasta políticas flexibles de cambio o cancelación.
La tercera fase es un proceso gradual de reactivación turística, equilibrando el cuidado de la salud y la reapertura de actividades. En ella está la ejecución del programa de actualización a procesos de higiene y buenas prácticas, nuevos apoyos a la cadena de valor y concientización social, entre otros.
La fase cuatro es la recuperación económica turística.
“Ante un panorama tan incierto y con poca visibilidad, es necesario buscar la sobrevivencia, después ser resilientes y, por último, construir un mejor turismo. Por trillado que suene, es un hecho que las crisis generan oportunidades y este momento abre las puertas para edificar nuevamente el turismo. Esta ‘nueva normalidad’ la veremos reflejada en el Tianguis Turístico Digital, en septiembre de este año, y una versión robusta e inclusiva en el Tianguis Turístico Mérida 2021” dijo Fridman.
Para concluir, la secretaria de Fomento Turístico de Yucatán señaló que el sector turismo siempre se ha caracterizado por ser una industria resiliente y si aprendemos de esta pausa para hacer un mejor turismo habrá valido la pena esta crisis, que es la más grande que ha enfrentado el sector.