Los Ahuehuetes es un oasis natural situado aproximadamente a una hora y 20 minutos del centro de la capital, en el municipio de Tepeojuma, donde el agua es templada y rica en sales minerales.
El sitio lleva ese nombre debido a que el manantial cristalino se encuentra rodeado de árboles gigantes de hasta 40 metros de alto con un tronco sumamente grueso, corteza café grisácea agrietada en tiras largas; con una copa globosa y follaje durante algunos meses, sus hojas son pequeñas y alargadas de unos dos centímetros de largo.
Se calcula que tiene aproximadamente 2 mil años de antigüedad. Su origen se remonta a la era mesozoica, entre 100 a 200 millones de años, cuando las coníferas dominaban el paisaje y formaban impresionantes bosques primitivos. Además de los gigantes arbolados que rodean al manantial, atrae el azul turquesa de su agua, así como su poza de cinco metros de profundidad.
Se emplea como balneario y cuenta con tres albercas -una para adultos y dos para niños-, que se llenan con el nacimiento del agua de la poza, misma que sirve también para regar los campos de caña y otros cultivos en la región.
Las piscinas cuentan con toboganes y en sus alrededores hay asadores, un área para acampar, sanitarios y vestuarios, así como canchas de futbol. También se permite el uso de la poza, pero con la sugerencia de que sea utilizada por personas que practiquen la natación.
Actualmente, siguen algunas restricciones y la aplicación de todas las normas sanitarias, como la sana distancia y portación de mascarillas, también conocidas como cubrebocas. Para visitar este paradisiaco sitio puede tomar la carretera federal número 190 con destinado a Izúcar de Matamoros o la autopista a Atlixco, después de ése municipio se ubica la entrada a Tepeojuma. Hay que recorrer siete kilómetros por un camino de terracería, vía que se alarga por entre los cerros.
Ya en esa localidad, cuya principal fuente de ingreso es la venta de artículos derivados del maíz y que es conocida en la región por sus antiquísimos y bien conservados templos de La Purísima y San Cristóbal, debe dirigirse al puente que da pase a la vialidad de terracería. El paisaje es semiárido con su vegetación característica: nopales, magueyes, palmas y acacias, entre otras plantas.