Por Alma Rosa Guerrero
Ubicada en el estado de Puebla, muy cerca de la frontera con Veracruz, se halla uno de los sitios arqueológicos más importantes de México, Cantona, que en tiempos prehispánicos fue una de las ciudades mesoamericanas con mayor urbanización y al día de hoy mantiene oculto el misterio de su origen.
Aún no se ha podido establecer qué pueblo construyó y habitó esta ciudad, y lo cierto es que existe controversia sobre el significado de su nombre, que pareciera provenir del náhuatl y por ello se le conoce como ‘La Casa del Sol’. También se estima que la ciudad fue abandonada 300 años antes de la llegada de los conquistadores.
En lo que sí se tiene mayor certeza es que su principal actividad económica fue la fabricación y comercialización de artículos de obsidiana, por tratarse de un material muy codiciado que abunda en la zona. Fue una ciudad prominente que controlaba los recursos de la Sierra Madre Oriental.
Cantona ocupa una extensión de 12 km y se construyó sobre la lava endurecida del volcán Jalapasco, lo cual le otorga un aspecto único, que se combina con la elaborada planeación y asimetría de sus edificios, resultado de la desigualdad del terreno. En algunas de sus pirámides hay paso libre para los visitantes.
Sus ruinas incluyen una red de caminos de más de 500 calles adoquinadas, más de tres mil patios individuales o residencias, más de 25 canchas de juegos de pelota y una acrópolis muy compleja con edificios y templos ceremoniales.
El recorrido imperdible es a la Plaza del Este o Pirámide del Mirador, que ofrece una fantástica vista panorámica del sitio arqueológico. Otras estructuras importantes son los complejos del Juego de Pelota 7 y Juego de Pelota 5, así como las unidades residenciales rodeadas de muros periféricos.
Cuenta con un museo de sitio que exhibe piezas encontradas en esta que fue una de las metrópolis más extensas y pobladas de Mesoamérica, también se pueden observar restos óseos de animales de la región, diversas utensilios que los pobladores empleaban en la vida cotidiana, instrumentos musicales, ornamentos de piedra verde y concha, así como restos óseos humanos.
Las recomendaciones son: llegar temprano para realizar el recorrido del sitio arqueológico, llevar calzado cómodo y resistente, protector solar, sombrero, chamarra o suéter ligeros y agua para beber.
Cantona está a menos de 1h 30 min en automóvil de la ciudad de Puebla de Zaragoza, a una distancia de 104 km. Se llega al sitio arqueológico por la autopista México-Orizaba y se toma la desviación hacia Tepeyahualco.
Horario de visita:
Lunes a domingo de 9:00 a 17:00 h
Visita: www.turibus.com.mx