24 de November de 2024 New York

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Cumple 34 años el Museo Mural Diego Rivera en la CDMX

Este 19 de febrero, el Museo Mural Diego Rivera, ubicado en la Ciudad de México celebra 34 años de haber sido creado como un espacio de reflexión en torno a múltiples discursos críticos que tienen como punto de partida la producción del muralista mexicano y sus contemporáneos, así como la visión que generaciones posteriores han elaborado sobre su trabajo.

Este espacio alberga la pintura Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, un mural que Rivera hizo para el Hotel del Prado Misión en 1947. En esa magna obra pictórica desfilan Hernán Cortés, fray Juan de Zumárraga, sor Juana Inés de la Cruz, Benito Juárez, Porfirio Díaz y Francisco I. Madero, entre otros importantes protagonistas de la historia de México, condensando 400 años de historia.

También incluye a otras expresiones modernas y contemporáneas, como la fotografía, la pintura, la gráfica y la escultura; además es un foro para la investigación, desarrollo de exposiciones y actividades educativas como visitas guiadas, conferencias, talleres y espacios lúdicos.

 

Historia

Todo comenzó con la construcción del  hotel del Prado entre 1933 y 1946, en las calles de Revillagigedo y Avenida Juárez, en el Centro Histórico de la Ciudad de México

Fue en 1947 poco antes de su apertura, que el arquitecto Carlos Obregón propuso a Diego Rivera la realización de un mural para el salón comedor Versalles, con el tema Alameda Central, por su cercanía con este. Así fue realizado y mudado en 1960 al vestíbulo del mismo, para deleite de más público.

Con el sismo de 1985, el hotel del Prado quedó prácticamente destruido, pero el mural pudo rescatarse, trasladándolo el 14 de diciembre de 1986 al predio que servía como estacionamiento del Hotel Regis, en las calles de Balderas y Colón para su nueva ubicación. El trabajo duró 12 horas y requirió el trabajo de 300 trabajadores.

Tras la colocación del mural, se construyó el Museo Mural Diego Rivera, que se inauguró el 19 de febrero de 1988.

Pero, ¿Cuál es la importancia de esta obra?

Según palabras de Diego Rivera: “La composición [del mural] son recuerdos de mi vida, de mi niñez y de mi juventud y cubre de 1895 a 1910. Los personajes del paseo sueñan todos, unos durmiendo en los bancos y otros, andando y conversando”

Fue pintado entre julio y septiembre de 1947, con la ayuda de los artistas Rina Lazo y Pedro A. Peñaloza, además de la colaboración del maestro Andrés Sánchez Flores quien ayudó a preparar el muro. La obra se realizó al fresco y tiene una superficie de 4.17m x 15.67m, con un peso de 35 toneladas.

Este se compone en tres secciones que tienen como escenario la Alameda Central.

En la primera se representa la conquista y la época colonial: Aparecen Hernán Cortés, Fray Juan de Zumarraga, Sor Juana Inés de la Cruz y Luis de Velasco II;  la Independencia,  las intervenciones extranjeras, donde se observa a Santa Anna entregando las llaves de los territorios al general norteamericano Winfield Scott; la Reforma y el Segundo Imperio, con las figuras de Benito Juárez, Ignacio Ramírez, el Nigromante, Ignacio Manuel Altamirano, Maximiliano y Carlota de Habsburgo.

La sección central muestra a Manuel Gutiérrez Nájera saludando con su sombrero a José Martí, importantes escritores; Lucecita Díaz y Carmen Romero Rubio, hija y esposa de Porfirio Díaz, y entre estos personajes aparece Diego Rivera a la edad de 9 años y Frida Kahlo. La Calavera Catrina da la mano a Diego niño y el brazo a su creador, José Guadalupe Posada.

En la tercera sección, se ilustran los movimientos campesinos y la manera en que se desarrolló la Revolución Mexicana; retratando a los campesinos maltratados y el sueño de la justicia; el México moderno es representado por una figura presidencial que está siendo corrompida por la religión, las mujeres y los negocios. En esta sección aparecen los retratos de Lupe Marín, Ruth y Lupe Rivera, hijas del artista y Rosa Rolanda, pintora y coreógrafa. Diego se vuelve a autorretratar como un niño comiendo una torta.

¿Por qué es tan polémico este mural?

En la primera sección aparece retratado Ignacio Ramírez, el Nigromante, quien a los 18 años ingresó a la Academia de Letrán, donde pronunció un discurso que iniciaba con la polémica frase “Dios no existe”. Rivera representó al intelectual con un pergamino que incluía dicha frase; provocando tal escándalo, que el arzobispo Luis María Martínez se negó a bendecir el espacio en 1948, más tarde un atentado por parte de conservadores contra el mural, quienes rasparon la frase y el rostro de Rivera. La obra tuvo que ser cubierta con biombos que se retiraban en pocas ocasiones.

En abril de 1956 Diego cambió la frase por “Conferencia en la Academia de Letrán, el año de 1836”, que sigue siendo una alusión discreta a las palabras iniciales del discurso de Nigromante.

El Museo Mural Diego Rivera se encuentra entre las calles Balderas y Colón s/n, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

 

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