Puerto Morelos es un destino de ambiente tranquilo, bohemio y relajado que esconde uno de los atractivos más fascinantes del Caribe Mexicano: la Ruta de los Cenotes.
Esta experiencia se extiende por un poco más de 30 kilómetros adentrándose al corazón de la selva maya y está formado por un sistema de ríos subterráneos conectados, a lo largo de los cuales se encuentran decenas de cenotes, algunos rústicos y otros que ofrecen actividades de aventura.
Los Dz’onot, como eran conocidos por los mayas, eran lugares sagrados pues se creía que estaban conectados al inframundo —o Xibalbá—, donde sus dioses residían después de la muerte. Estos cuerpos de agua continúan siendo muy importantes para el ecosistema y para la población, ya que son un área de alimentación y resguardo para las especies que llegan a ellos.
En el Caribe Mexicano hay cerca de 2,500 cenotes que se clasifican en tres tipos: abiertos, semiabiertos y cavernas.
Estos son algunos de los que no te debes perder:
Las Mojarras
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Es el cenote abierto más grande de la zona, con 75 metros de diámetro. Su sistema acuífero es de casi 150 metros y cuenta con diversos canales subterráneos que pueden ser explorados,
Verde Lucero
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Caracterizado por tener vegetación en el fondo creciendo en forma de cortinas de hojas que no salen a la superficie, lo cual le da un tono verde-turquesa.
La Noria
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Pertenece al grupo llamado “Tres Reyes”; tiene 18 metros de profundidad y 47 metros de ancho.
Ecoparque Cenote Zapote Prehistoric Park
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Alberga tres cenotes, uno de los cuales tiene 52 metros de profundidad y presenta formaciones minerales únicas en el país conocidas como “Campanas del Inframundo”, unas estalactitas que crecieron bajo el agua gracias a la ayuda de bacterias.
Aunque la mayoría de los cenotes son bastante accesibles y se puede llegar directamente a ellos sin necesidad de asistir en tour, hay una opción para quienes así lo prefieren y desean conocer cada tipo de cenote existente.