Chignahuapan, tradición y riqueza natural

Por Alma Rosa Guerrero

Al norte del estado de Puebla se localiza Chignahuapan, un colorido y encantador pueblo mágico del estado que destaca por sus tradicionales casas, templos y jardines, así como por la producción de bellas esferas, las cuales adornan de manera muy especial sus pintorescas calles.

El nombre de esta ciudad proviene del náhuatl y significa “sobre las nueve aguas”. Chignahuapan se encuentra en un valle rodeado de bellos paisajes, al comienzo de la Sierra Norte de Puebla, y durante la época prehispánica la región fue habitada por pueblos totonacas.

Los atractivos que ofrece a sus visitantes son numerosos. Uno de ellos es la Plaza de Armas, ubicada entre una frondosa vegetación. Su quiosco, de estilo mudéjar, fue construido en madera en 1871 y tiene una fuente en su interior. 

Otro lugar para conocer es la Plaza de la Constitución, donde hay una estatua del famoso comediante Capulina, originario de esta ciudad.

Imperdible es la Basílica de la Virgen de la Inmaculada Concepción, de arquitectura contemporánea y que se distingue por la imagen de madera de cedro de 14 metros de altura, considerada la escultura religiosa bajo techo más grande de Latinoamérica.

También lo es la Parroquia de Santiago Apóstol, patrono de Chignahuapan. Edificada en el siglo XIX, tiene una maravillosa fachada con decoración típicamente indígena. En su torre lateral hay un reloj elaborado en la afamada fábrica de relojes de Zacatlán.

El Santuario del Honguito, templo que alberga un hongo petrificado – encontrado en 1880– con varias imágenes, entre ellas la de un Cristo Crucificado, al cual se le conoce como “Nuestro Señor del Honguito”, es otro sitio de interés.

Y no puede faltar la visita a un taller de esferas. El pueblo tiene más de 200 talleres en donde se elaboran preciosas esferas y otros adornos navideños.

En noviembre este pueblo mágico celebra el Festival de la Luz y la Vida, en donde se ilumina con antorchas toda la Laguna de Chignahuapan. El festejo nace de un ritual prehispánico que busca la purificación y es digno de presenciarlo.

En cuanto a la gastronomía, existe una gran variedad de establecimientos para degustar platillos típicos como barbacoa de hoyo y consomé, chicharrón prensado, mole poblano, pollo en hongo, conejo en diferentes presentaciones, carnitas y cemita estilo Chignahuapan, así como los tradicionales panes de higo y de queso.

Muy cerca de la ciudad se encuentra la Hacienda Amoltepec, dedicada a la elaboración de pulque y que data del siglo XIX. Aquí se puede conocer el proceso de producción de esta bebida ancestral.

Los escenarios naturales de los alrededores son de una belleza espectacular. Sobresalen la cascada Salto de Quetzalapan y la Laguna de Chignahuapan, ideal para pescar, nadar o gozar de un recorrido en lancha.

Para quienes practican el senderismo, el Cerro Colorado es perfecto. Desde la cima se pueden disfrutar de hermosas vistas del valle y del pintoresco pueblo.

Aunque su mayor atractivo natural de Chignahuapan son las aguas termales, que sirven para regenerar el cuerpo y el espíritu. Hay balnearios y hoteles que ofrecen temascal y jacuzzis, así como tratamientos de lodo.

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A Chignahuapan, Puebla, se puede llegar en automóvil por la carretera Federal 150 o 119 y 121. El tiempo estimado desde estos puntos es:

• CDMX – 3 h (202 km) 
• Tlaxcala – 1 h 30 min (81 km)
• Puebla de Zaragoza – 2 h 5 min (126 km)

También es posible llegar en autobús desde la terminal TAPO en la Ciudad de México a Puebla. Una vez en la terminal CAPU de Puebla, abordar un autobús directo a Chignahuapan.

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