Zacatlán, tradición de relojes y manzanas

Por Alma Rosa Guerrero

En lo más alto de la Barranca de los Jilgueros y rodeado de un paisaje boscoso se halla Zacatlán de las Manzanas, pueblo mágico del estado de Puebla, famoso por ser uno de los principales centros productores de manzana en el país y por estar rodeado de innumerables bellezas naturales.

Caminar por el centro de este pintoresco pueblo, cuyo nombre significa “lugar donde abunda el zacate”, es disfrutar de sus amplios jardines y conocer sus grandes casonas que lucen ventanas enrejadas y balcones muy bien conservados.

La plaza principal es un lugar de encuentro donde destaca el monumental reloj de cinco metros de diámetro adornado con coloridas flores.

Otros sitios dignos de visitar son el Palacio Municipal y la Parroquia de San Pedro y San Pablo, esta última data del siglo XVII y es de un sobrio estilo neoclásico, además tiene un increíble altar laminado en oro.

También sobresale una monumental construcción del año 1567, la más antigua del estado, se trata del Conjunto Conventual Franciscano, el cual sigue funcionando como convento y cuenta con admirables murales que representan venados, abejas y jaguares, así como la vida cotidiana de personajes españoles e indígenas.

El claustro de ese conjunto es hoy la sede de la Casa de Cultura y del Museo Regional Comunitario “Luciano Márquez Becerra”.

El Museo de Relojería y Autómatas Alberto Olvera, donde se muestran objetos que narran la medición del tiempo a lo largo de los siglos, es uno más de los atractivos de Zacatlán. Los sábados a las 9 de la noche se presenta un show de muñecos vestidos con trajes regionales que aparecen en las ventanas mientras suena un carillón con canciones tradicionales.

Otros puntos de interés son el Mercado Municipal “Revolución”, la Capilla del Calvario, la cual data del siglo XVIII, y la Casa del Lic. Luis Cabrera Lobato, que hospeda una biblioteca pública.

A 300 metros al sur del zócalo de la ciudad se encuentra un mirador que permite apreciar la majestuosidad de la Barranca de los Jilgueros. Desde ahí también se puede observar la cascada “De las tres Marías”.

La Barranca de los Jilgueros es uno de los parajes más bellos de las serranías poblanas. Ubicado al sur de Zacatlán, aquí es posible explorar vestigios prehispánicos y observar un monolito con un pie grabado, al cual se le atribuye una antigüedad de por lo menos un millón de años. Al descender, el paisaje va cambiando de un bosque a una densa selva.

A solo 25 minutos de Zacatlán se ubica el Valle de las Piedras Encimadas, llamado así por las formaciones rocosas que llegan a medir hasta 20 metros de altura. La imaginación de la gente les ha encontrado forma de tortuga, camello o caballo. Este lugar es perfecto para practicar senderismo.

La Cascada de Tulimán, localizada a 30 minutos del pueblo es un escenario natural imperdible. La cascada se compone de tres caídas de agua que suman una altura de más de 300 m. Hay un puente colgante desde donde se puede admirar en todo su esplendor.

En cuanto a la gastronomía local, esta incluye el prestigiado pan relleno de queso y requesón, así como sidras, vinos y licores. Sobresalen la Gran Feria de la Manzana, celebrada el 15 de agosto, así como el Festival Indígena Cuaxóchitl y el Festival de la Sidra, que se realiza a mediados de noviembre.

A Zacatlán de las Manzanas, Puebla, se puede llegar en automóvil por la carretera Federal 150, 119 y 121. El tiempo estimado desde estos puntos es:

• CDMX – 3 h (198 km)
• Tlaxcala – 1h 40 min (95 km)
• Puebla de Zaragoza – 2h 30 min (125 km)
• Chignahuapan –  20 min (9 km)

También se puede llegar en autobús desde la Central del Norte en Ciudad de México. 

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