Guadalajara, la Perla Tapatía, continúa consolidándose como uno de los destinos más atractivos del país gracias a su mezcla única de historia, cultura, vida nocturna y una gastronomía que sorprende incluso a los paladares más exigentes. Para quienes planean una visita próxima, la ciudad ofrece experiencias que van desde recorridos llenos de tradición hasta propuestas culinarias innovadoras.
Para los amantes de la historia y la arquitectura, un paseo en Calandria es una de las mejores formas de conectar con el pasado tapatío. Este emblemático carruaje permite admirar de manera íntima edificios icónicos del Centro Histórico, como la Catedral de Guadalajara, la Plaza de Armas y la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. El recorrido, acompañado de un canuto o una nieve de garrafa, ofrece una estampa romántica y clásica de la ciudad.
Quienes buscan un ambiente fresco y cosmopolita encuentran en el Paseo Chapultepec un espacio multifacético lleno de vida. Conocido por su oferta gastronómica, cafés, bares y una vibrante vida nocturna, esta avenida reúne música en vivo, espectáculos, exposiciones fotográficas y clases de baile. Además, sus monumentos dedicados a figuras históricas convierten un simple paseo en una experiencia cultural. Los fines de semana, el tianguis artesanal agrega un toque tradicional con productos locales, comida típica y piezas únicas.

Para los exploradores culturales, el Museo Cabañas es una parada obligada. Este recinto, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, alberga algunas de las obras más emblemáticas de José Clemente Orozco, entre ellas el célebre mural “El hombre de fuego”. Sus patios, salas de exposición y muestras temporales lo convierten en un espacio ideal para disfrutar del arte contemporáneo y la historia arquitectónica de la ciudad.
La gastronomía de Guadalajara merece mención aparte. Restaurantes como Bruna y Hueso elevan los sabores mexicanos a nuevas alturas con propuestas creativas que fusionan ingredientes tradicionales con técnicas contemporáneas. Platillos como mole de quelites, huauzontles salteados, costilla de cerdo con chile morita, carpaccio de chayote o tlayuda de cordero reflejan la innovadora identidad culinaria de la ciudad. Para quienes desean disfrutar de una noche más relajada, espacios como El Gallo Altanero y Farmacia Rita Pérez ofrecen coctelería de autor, así como una selección excepcional de mezcal y tequila.