El otoño llega al noroeste de Chihuahua con una magia difícil de describir. La antigua ciudad de Paquimé, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se convierte en un escenario de contrastes: mientras los rayos del sol se vuelven más suaves y el clima del desierto se vuelve amable, los valles y riberas del río Casas Grandes se tiñen de amarillos, rojos y magentas que transforman el paisaje en un lienzo natural.
Ubicado en el corazón del Pueblo Mágico de Casas Grandes, Paquimé fue el centro cultural y comercial más importante del norte de México entre los años 1250 y 1450. Sus edificios de varios pisos, sus sistemas hidráulicos y su trazo urbano sorprendieron incluso a los cronistas españoles, que lo compararon con ciudades romanas. Hoy, recorrer sus vestigios, acompañados por la museografía del Museo de las Culturas del Norte, es una experiencia que conecta con la grandeza de los pueblos originarios.

La ruta del otoño: cuevas, alfareros y paisajes de fábula
A media hora de Casas Grandes, el viajero se encuentra con la legendaria Cueva de la Olla, un sitio arqueológico de más de 5,500 años de antigüedad, considerado el más antiguo de Mesoamérica. Sus viviendas en acantilados y el gigantesco granero en forma de olla dan testimonio de la creatividad y resiliencia de las comunidades ancestrales.
Pero la riqueza de la región no se queda en la historia. En Mata Ortiz, un pequeño pueblo de alfareros, la tradición resurgió gracias a Juan Quezada Celado, quien revivió las técnicas de Paquimé y las transformó en arte contemporáneo de reconocimiento internacional. Hoy, más de 300 familias viven de esta herencia, creando piezas únicas que son verdaderas joyas para coleccionistas y museos de todo el mundo.

El viaje se complementa con las colonias mormonas de Juárez y Dublán, que muestran otra faceta cultural de Chihuahua, así como con los viñedos emergentes que organizan vendimias, cenas maridaje y experiencias enoturísticas. Hospedarse en hoteles boutique como Las Guacamayas, La Casa de los Vientos o Casa del Nopal, es una manera de vivir la hospitalidad de la región con un toque íntimo y exclusivo.
Un viaje al México que pocos conocen
En esta temporada, los arces, álamos y robles del Valle de las Cuevas se despojan de su verde para estallar en tonos dorados y escarlata, creando un espectáculo efímero que cada año atrae a viajeros en busca de naturaleza, cultura y tranquilidad.
Casas Grandes, Paquimé, Mata Ortiz y la Cueva de la Olla son mucho más que destinos turísticos: son un encuentro con la memoria ancestral de México, envuelta en la magia del otoño. Un viaje que combina arqueología, arte, paisajes y tradiciones vivas; un viaje al México profundo que todavía guarda secretos por descubrir.