Enclavado en el suroeste del estado y acariciado por las tranquilas aguas del río que le da nombre, Palizada es uno de los destinos más encantadores y auténticos del sureste mexicano.
Desde 2011 ostenta con orgullo el nombramiento de Pueblo Mágico, y en años recientes, fue galardonado por la Organización Mundial del Turismo (UNWTO) con el distintivo internacional “Best Tourism Villages”, gracias a su enfoque ejemplar hacia el turismo rural sostenible, la preservación del patrimonio cultural y el fortalecimiento del desarrollo comunitario.
Caminar por sus calles es retroceder en el tiempo: casonas coloridas con techos de teja francesa traída desde Marsella, un malecón con vista al río donde reposa una réplica de la Estatua de la Libertad, y joyas arquitectónicas como la Parroquia de San Joaquín o el histórico Teatro Morón.
Palizada no sólo seduce por su belleza urbana. Su riqueza natural invita al ecoturismo responsable con paseos en lancha, avistamiento de aves, monos, tortugas y cocodrilos, o visitas a Unidades de Manejo Ambiental (UMA) como La Lagartera, donde viven ejemplares del cocodrilo Moreletii, como los famosos “Tyson” y “Boby”.



Entre sus festividades más representativas están la Fiesta de San Joaquín en agosto, el Carnaval paliceño y la Feria del Bicentenario, que llenan de color y tradición este puerto ribereño.
Para quienes buscan una experiencia genuina, tranquila y culturalmente rica, Palizada es una joya escondida de Campeche que combina perfectamente historia, naturaleza, gastronomía y hospitalidad local, haciendo honor a su lema de “pueblo donde el tiempo se detuvo”. Ideal para viajeros conscientes, Palizada es un ejemplo vivo de cómo el turismo puede transformarse en una herramienta de conservación y bienestar social.