Entre los paisajes más sorprendentes de México se encuentran las Dunas de Yeso de Cuatro Ciénegas, en Coahuila. Este paraje blanco, que cubre unas 800 hectáreas, es un destino imperdible para los amantes de la naturaleza, el arte fotográfico y la aventura. Hace millones de años, este territorio formaba parte del mar de Tetis, y cuando el agua se retiró, dejó atrás una estampa deslumbrante de arena blanca rica en sulfato de calcio.
Ubicadas a 16 kilómetros al sur de Cuatro Ciénegas, las dunas ofrecen un ecosistema único adaptado a las condiciones extremas de luz y calor. Plantas y animales autóctonos conviven en este entorno árido y misterioso, haciendo de la región un sitio de especial interés ecológico. La paz y el silencio del paisaje, combinados con los tonos cambiantes de luz al amanecer y al atardecer, crean un ambiente surrealista que ha atraído a fotógrafos de todo el mundo.
Actividades:
Desde caminatas y senderismo hasta deportes como sandboard y paseos en cuatrimoto, las dunas de yeso son un espacio de aventura. Para los observadores de la naturaleza, el lugar ofrece una perspectiva única del desierto albino y sus habitantes.
Consejos para los visitantes:
Las dunas están abiertas al público todos los días de 10:00 a 17:00 horas con una entrada general de aproximadamente 30 pesos mexicanos. Es recomendable llevar suficiente agua, ropa adecuada para el clima árido y protector solar, ya que la arena blanca refleja intensamente la luz del sol.
Las Dunas de Yeso de Cuatro Ciénegas ofrecen una experiencia cautivadora en uno de los desiertos más exóticos de México. Perfecto para quienes buscan escaparse a un entorno que combina historia geológica y belleza natural, este destino es una joya por descubrir.