Para los viajeros ávidos de descubrir lugares auténticos y llenos de encanto, recorrer los pueblos mágicos de México se ha convertido en una experiencia inigualable. En esta ocasión, nos adentramos en la región sur de la Península de Baja California, donde La Paz se erige como un multidestino imperdible que abre las puertas a un sinfín de aventuras y descubrimientos. A su alrededor, emergen dos joyas poco exploradas pero repletas de atractivos: Todos Santos y El Triunfo.
Todos Santos
A tan solo una hora de La Paz, encontramos este Pueblo Mágico, un paraíso para los amantes del arte, la buena mesa y el surf. Las pintorescas calles de Todos Santos albergan una vibrante comunidad de artistas, galerías de arte y cafés acogedores. Además, sus playas ofrecen el escenario perfecto para los aficionados al surf, con olas que se adaptan a todos los niveles. Lugares emblemáticos como Playa Cerritos son ideales para pasar el día sobre una tabla de surf, mientras que la oferta gastronómica deleita con sabores locales y propuestas culinarias innovadoras, como la experiencia Farm to Table que ofrece platillos elaborados con productos orgánicos de la región. La estancia en este encantador pueblo se ve realzada por la variedad de hospedajes boutique, que van desde acogedores hoteles como Guaycura hasta opciones especializadas en surf que brindan villas bungalows y servicios de bienestar.
El Triunfo:
Enclavado entre las montañas de Baja California Sur, El Triunfo emerge como un pueblo histórico de gran relevancia minera. Aquí, la tranquilidad se mezcla con la riqueza cultural que ofrece el Museo de Ruta de Plata, el cual sumerge a los visitantes en la apasionante historia minera a través de exposiciones y talleres. Sin embargo, el mayor tesoro de El Triunfo reside en su exquisita gastronomía, donde sabores tradicionales se fusionan con propuestas culinarias de autor. En el restaurante El Minero, los comensales pueden deleitarse con platillos que van desde salchichas artesanales hasta mariscos frescos y quesos artesanales, todo ello acompañado de una cuidada selección de vinos y cervezas artesanales. Además, la atmósfera única de este lugar, con mesas sombreadas entre árboles mezquite y vistas a las históricas chimeneas del siglo XIX, invita a disfrutar de una experiencia gastronómica inolvidable.