22 de November de 2024 New York

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5 razones por las que Batopilas, Chihuahua será tu rincón favorito del mundo

Batopilas se localiza en las entrañas de una de las barrancas más profundas de la Sierra Madre Occidental, llamada también Sierra Tarahumara; para llegar al Pueblo Mágico, se toma el ferrocarril Chepe en Chihuahua y se hace escala en Creel, a partir de ahí, se viaja por 3 horas en una de las carreteras más espectaculares no sólo de México, sino del mundo.

La aventura comenzará desde la manera de llegar a él. Los visitantes tendrán que descender por un camino de terracería con numerosas curvas desde el que se puede admirar el impactante paisaje que este sitio ofrece.

En su época de esplendor, el ahora Pueblo Mágico de Batopilas, fue famoso en todo el mundo gracias a la riqueza que salía de sus minas.


El poblado llegó a tener hasta 50 mil pobladores. Actualmente cuenta con poco más de mil habitantes en su mayoría Rarámuris, que son testigos del fastuoso pasado que se manifiesta en forma de casonas y haciendas de gran valor arquitectónico que d​atan de los siglos XVIII y XIX.

Además de admirar los paisajes, este Pueblo Mágico es ideal para reconectar con el pasado minero de la zona en una visita rápida para admirar algunas iglesias que permanecen suspendidas en el tiempo entre las montañas.

Se tienen noticias de Batopilas desde 1704, gracias al explorador español José de la Cruz, quien encontró en el lugar ricos yacimientos mineros. Batopilas significa “Río Encajonado” en lengua Tarahumara, fue la segunda población en contar con energía eléctrica después de la ciudad de México. En su época de mayor esplendor, Batopilas dio la nota en el mundo gracias a la riqueza que brotó abundantemente de sus minas, llegó a tener hasta 10 mil habitantes. Actualmente cuenta con poco más de mil habitantes y las reminiscencias de su fastuoso pasado se admiran en la arquitectura de casonas y haciendas de exquisito gusto, hoy convertidas en hoteles tipo Boutique. Visitar Batopilas es volver al menos un siglo en el tiempo.

Actualmente es refugio predilecto de viajeros inspirados por la magnífica naturaleza, la historia, la geología, la música y la gente que se ha mantenido por siglos lejos del bullicio de la vida moderna.

  1. Será una aventura única

Antes de emprender la travesía a una de las barrancas más profundas del mundo, te será de utilidad saber que alrededor del centro de Batopilas se encuentran, varios establecimientos de hospedaje con servicios para todos los presupuestos, cuyo diferenciador es ofrecer un ambiente de desconexión y relajamiento total siendo factible para el turista ecológico, el buscador de experiencias culturales y de naturaleza con tintes de aventura. 

Dato viajero: Una de las casonas más antiguas del mineral ahora es un hotel boutique imperdible. Perteneció a un afortunado minero que llegó a acumular riqueza suficiente para adquirir un Marquesado. El edificio fue cuidadosamente restaurado y decorado para brindar al huésped la experiencia del  glamour de la bella época. 

  1. Te sorprenderán los paisajes y la naturaleza 

El cambio de vegetación que notarás conforme desciendes de la barranca hasta verte inmerso en un clima subtropical al estar a 500 metros sobre el nivel del mar, árboles exuberantes como el copalquín, el vinorama y el árbol tescalama así como su entorno apacible de arquitectura colonial

Camina por sus senderos y miradores, escucha las historias y leyendas, vive la experiencia de una fogata bajo la luna llena, practica ciclismo de montaña entre los cañones, disfruta la brisa de los saltos de agua de San Fernando cerca de Piedra Redonda y sus cascadas en barranca Los Plátanos, disfruta ser observador silencioso de la fauna de la región como venados, guajolotes silvestres, jabalíes, pumas, liebres, guacamayas, paloma montés, colibríes y codornices; admira el pueblo desde las alturas al subir a la tirolesa y sus puentes colgantes.

  1. Disfrutarás el pintoresco pueblo 

Recorrer las calles de Batopilas será un paseo multicolor y fotografìable por sus fachadas coloniales pintorescas. Siguiendo la ribera del río Batopilas a sólo 8 kilómetros del pueblo, encontrarás La Misión de Satevó, ejemplo de la arquitectura colonial del siglo XVII fue denominada como la “Catedral Perdida” por estar aislada del pueblo en lo profundo de la barranca. Su edificación comenzó en el año 1699 por el misionero jesuita Manuel Ordaz y los nativos rarámuri, nombrándola Santo Ángel Custodio de Satevó y dedicando su devoción a la Virgen de Los Dolores.

  1. Conocerás su ancestral cultura 

Los locales gustosamente compartirán sus tradiciones por medio de historias y leyendas, transmitidas de voz de los descendientes de aquellos aventureros, mineros y de alguno de los académicos y estudiosos que estudian a los Rarámuri, habitantes originarios de estas sierras. Corona tu visita conviviendo con la comunidad rarámuri, guardiana de esta región; asómbrate con su sabiduría, parte de su cosmogonía y tradiciones. Participa en el juego rarajípari. Visita Munerachi, Coyachique y Guimaybo, aldeas que preservan su identidad autóctona fielmente. Sola necesitarás recurrir a los servicios de los guías locales autorizado. 

Tip viajero: En aquellas vastedades, no es recomendable aventurarte solo. Es territorio sin señal de telefonía celular y solamente acompañado de los locales disfrutarás con toda seguridad de tan grandiosa geografía.

  1. Amarás sus artesanías 

Te vas a maravillar observando a los locales elaborar artesanías, su creación es a base de barro, madera fibras naturales y textiles. Cada pieza es única, aquí no existe la producción en serie y eso le brindará a tu artesanía un rasgo invaluable. Te costará elegir entre wares, (cestas) bateas, rebozos, piezas de ornato y artículos utilitarios que te brindarán el conocimiento del uso que hacen los rarámuri de lo que la misma región les brinda y el obsequio que esta cápsula del tiempo en lo profundo de la Sierra Tarahumara te brindará para toda la vida.

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